AIE pone en valor la gestión colectiva de los derechos de los artistas en el BIME Bogotá

Debate de especialistas en propiedad intelectual

AIE pone en valor la gestión colectiva de los derechos de los artistas en el BIME Bogotá

AIE ha participado en la I edición de BIME Bogotá organizando el panel «Los derechos de los artistas en el punto de mira: la importancia de la gestión colectiva», en el que los intervinientes recordaron la importancia de la gestión colectiva de los derechos de propiedad intelectual de los artistas musicales como única herramienta eficaz y eficiente, además de solidaria, transparente y democrática, que les garantiza una remuneración justa por la explotación comercial de su trabajo como intérpretes o ejecutantes.

Organizado y moderado por el director estratégico de Recaudación y Asesoría Jurídica de AIE, Álvaro Hernández-Pinzón, intervinieron la directora general de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación del Ministerio de Cultura y Deporte, Adriana Moscoso; el reconocido abogado colombiano de Zapata & Ríos Abogados Asociados, Fernando Zapata; la vicepresidenta de SONIEM (Sociedad Nacional de Intérpretes Ejecutantes de la Música de Perú), Julie Freundt; y la especialista en derecho de autor y derechos conexos Carolina Romero.

El cambio de los hábitos de consumo y de los modelos de negocio en el sector musical han modificado radicalmente el flujo de ingresos y el papel de algunos de los actores que participan en la industria de la música grabada. Todo ello ha provocado un replanteamiento de la situación actual, en un momento en el que los artistas, principales actores del negocio, reciben menos ingresos que nunca.

El debate dio respuesta a las principales dudas que ha planteado la irrupción del entorno digital, entre ellas si son válidas las normas tradicionales para las nuevas formas de explotación de la música; si la gestión colectiva sigue siendo una herramienta eficaz para garantizar una remuneración justa; o cuál es el papel de las entidades de gestión en el entorno digital.

Álvaro Hernández-Pinzón destacó que con la aparición del blockchain, los contratos 360º a los artistas, o los Operadores de Gestión Independiente (OGIs), entre otros factores, parecía que la gestión colectiva perdería su sentido. Sin embargo, afirmó, ésta tiene cada vez mayor importancia al ser la única herramienta eficaz para la defensa de los derechos de los artistas.

Según los últimos datos publicados por IFPI, la federación internacional de la industria fonográfica, la industria de la música grabada generó 26 billones de dólares en el año 2021, de los que el 65 % procedieron del streaming. Es decir, que plataformas como Spotify, Deezer o Apple Music pagaron a las compañías discográficas casi 17 billones de dólares. Mientras que en el caso de Latinoamérica, los ingresos en este mismo periodo se incrementaron un 31,2 %, procediendo el 86 % de los mismos del streaming.

Aunque las cifras son muy elevadas, ¿qué parte de esos billones de dólares va a parar a los artistas? Un porcentaje muy bajo. Por este motivo, Álvaro defendió que la importancia de la gestión colectiva para los artistas radica, en primer lugar, en que negocian la remuneración por el uso de sus actuaciones fijadas a través de sus propios representantes y, en segundo lugar, a través de un instrumento que garantiza la eficacia, la eficiencia y la transparencia, además de ser democrático y solidario con todos los artistas, sin importar su nivel de popularidad y éxito.

Para Adriana Moscoso “la gestión colectiva es hoy tan necesaria como en el momento de su fundación” debido a que “mantiene el equilibrio del peso negociador entre el artista y el explotador de sus creaciones”. Además, consideró que esta gestión ha sabido adaptarse a los cambios y “se ha sofisticado en respuesta a la exigencia de transparencia hacia los socios y los usuarios”.

En relación a Latinoamérica, Carolina Romero destacó que dos de los principales retos de la gestión colectiva en Latinoamérica son la fijación de tarifas y “que ciertos sectores comprendan que el derecho de autor, a pesar de ser intangible, es un derecho de propiedad y que la gestión colectiva no es un tributo”.

Respecto al futuro de la gestión colectiva en el entorno digital, Fernando Zapata comentó que hay una brecha digital donde hay mucho dinero que no llega a los artistas. Por ello, defendió que “los derechos exclusivos de los artistas se deberían de complementar con un derecho de remuneración que sea irrenunciable y de gestión colectiva obligatorio”.

Julie Freundt, vicepresidenta de SONIEM y artista, invitó a su colectivo a afiliarse a una sociedad de gestión colectiva “porque en ellas se preocupan por los artistas” y pidió a los usuarios de la música que piensen que detrás de una canción existe un rostro humano.