La unidad de medicina de la música del Hospital de Manises cumple dos años

Santuario terapéutico público para los músicos

La unidad de medicina de la música del Hospital de Manises cumple dos años

En el antiguo Hospital Militar de Mislata (reclamado también por Quart debido a su peculiar ubicación) comenzó a funcionar en abril de 2017 la Unidad de Medicina de la Música y las Artes Escénicas del Departamento de Salud de Manises. “Más del 75% de los músicos presenta en algún momento de su carrera dificultades médicas relacionadas con la práctica de su actividad”, explican en la página oficial del departamento.

La unidad de Medicina de la Música y de las Artes Escénicas del Hospital de Manises ofrece atención gratuita a los músicos con un equipo multidisciplinar de profesionales expertos en medicina de la música. Esta unidad, nacida como alternativa a los diagnósticos generales -invitaciones a abandonar la actividad como único procedimiento de cura- es la respuesta pública a una necesidad que, hasta entonces, sólo tenía cobertura privada. Sus responsables destacan el carácter único de este servicio, que entronca con las necesidades inherentes a una región que cuenta con más de 200.000 músicos federados.

El 75% de los músicos presentan en algún momento algún problema médico relacionado con la práctica de su actividad musical, problemas que varían en función del instrumento utilizado. Por ello, la unidad cuenta con un amplio elenco de especialistas orientados a cada una de las patologías más habituales en los músicos: médicos rehabilitadores, traumatólogos, otorrinolaringólogos, neurólogos, dermatólogos, alergólogos, fisioterapeutas, logopedas, psicólogos y nutricionistas.

El equipo médico de la unidad está especializado en tratar las dolencias que presentan de manera más habitual los músicos: contracturas musculares, tendinopatías o síndromes de sobreuso; neurológicas como las compresiones musculares y las distonías; lesiones vocales; lesiones de oído; lesiones en la piel o alérgicas a componentes de los instrumentos o situaciones de ansiedad. La unidad también realiza distintos talleres educacionales de reeducación postural y ergonomía; nutrición y ejercicio físico; y descanso y control de emociones. Todo ello con el fin de prevenir las lesiones más habituales provocadas por malos hábitos o rutinas.

Autoexigencia, disciplina y perfeccionismo, origen de muchos problemas 

«La autoexigencia, disciplina y perfeccionismo que se imponen muchos músicos, que llegan a estar hasta ocho horas diarias tocando un instrumento, pueden derivar en algún problema físico en entre un 70 y un 80 por ciento de los casos. Lesiones musculoesqueléticas, en las cuerdas vocales, alergia al material del que está hecho el instrumento, hipertensión ocular o sordera son algunos de los problemas más frecuentes». Así lo explica Pilar Román, jefe de servicio de Rehabilitación y coordinadora de esta Unidad que se puso en marcha tras constatar que muchos pacientes que llegaban a rehabilitación con un dolor musculoesquelético tenía alguna actividad musical: «Eran profesionales, aficionados o iban a algún conservatorio».

Durante estos dos años han sido tratados cerca de 300 músicos, entre ellos algunos menores de edad, personas que, según Román, se imponen tal exigencia y disciplina que pueden llegar incluso a estar durante todo el año tocando: «La gran mayoría dedica en torno a cuatro o cinco horas diarias a la música, pero algunos hasta siete u ocho. Es sorprendente. Me he dedicado muchos años a la rehabilitación deportiva, y es muy raro que un deportista, salvo que sea de élite, dedique tantas horas al deporte».

Román explica que cuando montó la unidad equiparaba al músico con un deportista, pero matiza que mientras los segundos acuden al especialista en cuanto tienen un dolor, los músicos lo hacen con «lesiones de años y muy cronificadas. No vienen por el dolor, sino porque ha disminuido el rendimiento musical».

Los problemas “varían en función del instrumento utilizado”, pero tienen un denominador común: “Si no reciben una atención especializada por parte de un equipo experto en medicina de la música, difícilmente podrán solucionar su problema, corriendo el riesgo de que se cronifique o hasta le incapacite para tocar su instrumento”.

Cómo abandonar el amateurismo en la salud del músico

Fundamentalmente, la Unidad de Medicina de la Música y las Artes Escénicas está formada por médicos especialistas que trabajan en el Hospital Militar de Mislata y que, además, se encargan del tratamiento de los músicos que acuden a la consulta y que son objeto de seguimiento en reuniones regulares. Esto ayuda a paliar los efectos de uno de los males endémicos del músico: la eterna condición amateur, cuyos efectos pueden redundar con la misma intensidad en la carencia de una estrategia de comunicación adecuada y en la sostenibilidad de la práctica.

Este servicio público de atención médica no deja de ser una asistencia integral al músico profesional que abarca prácticamente todo el ámbito de patologías relacionadas con la profesión.