LOS PASOS

LOS PASOS

Los Pasos nacen en los años sesenta tras la inquietud de crear nuevas formaciones musicales que unieran, de alguna forma, ideas y criterios distintos ante el panorama musical de la época. De esta manera se reúnen, tras una constante selección, músicos con una trayectoria reconocida y consolidada. José Luis González (Joe), teclista de Los Sonor desde su fundación, contacta con Luis Baizán, batería de Los Flaps, que a su vez llama a Joaquín Torres, guitarra de Los Diablos Rojos. La formación se completa con Álvaro Nieto, guitarra rítmica y con Martín Careaga, bajista, ambos con una experiencia musical reconocida. Durante un tiempo de ausencia de Martín, en su lugar entró Juan José Gómez (Juanjo) antiguo amigo y compañero de Joaquín en otro grupo, Los Sagitarios. Inicialmente, el repertorio se forma a partir de una selección de canciones de Manolo Díaz, antiguo compañero de Joe en Los Sonor y posteriormente se consolida con canciones de creación propia del grupo, complementado con alguna canción de Rafael Pérez Botija. Su estilo tenía un desarrollo musical muy elaborado en todas sus interpretaciones y un componente vocal muy personal, en ocasiones bastante complejo. Eso les llevó a ser uno de los grupos más respetados en el entorno musical y a ser muy populares y sembrar canciones que todo el mundo reconocería y guardaría en su memoria musical. Ahora, tras un larguísimo paréntesis se vuelven a reunir para darnos la agradable sorpresa de reencontrarnos con algunas de esas canciones. Nos falta Álvaro que lamentablemente abandonó este mundo, pero contamos nuevamente con Juanjo, con lo cual estamos ante componentes originales del grupo, cosa insólita tras cincuenta años. En esta aventura no participa Luis Baizán pero en su lugar contamos con Félix Arribas, indiscutible estrella de Los Pekenikes y amigo de ellos de toda la vida. También se une Javier Navarro, otro gran músico y amigo, componente de Almas Humildes, que complementa con su ayuda el sonido de Los Pasos. Los que ya les conocían refrescarán sus canciones y los que los descubran por primera vez se encontrarán ante un grupo completamente distinto a lo que se oye en estos tiempos y no por ello desactualizado. Es realmente agradable ver que el gusanillo de la música siga vivo, después de tantos años, en estos seis músicos que se vuelven a reunir para mostrarnos que la vocación y la amistad está por encima de todo y que no hay edades para el arte musical.