Micky

Micky

Micky,  el  de Los Tonys,  ya saben, el hombre de goma, el chico de la armónica, el que no sabía nadar. Puro nylon atravesando indestructible cuatro décadas en las que otros se hicieron hilachas, y saliendo entero de movidas que requerían juego de cintura y no estropear el traje. ¿Por qué? Pues porque es un  tío que canta con entusiasmo la marcha fúnebre, si se lo piden; que ha pisado el escenario sin complejos desde que tenía pelo, incluyendo el de Eurovisión; que nunca pretendió ser otra cosa que Miguel Ángel Carreño, nacido en Madrid, de buena familia; un tipo que hacía rocanrol en España antes de que los Beatles grabaran su primer disco; que ha hecho cine y radio, que se ha atrevido a representar “La vida es sueño” de Calderón. Que aprendió a nadar. Sin guardar la ropa.